El Beagle es una raza de origen antiguo, con raíces que se remontan a más de 2.000 años. Sus antepasados eran perros de caza pequeños utilizados por griegos y romanos para rastrear liebres y conejos. Sin embargo, la versión moderna del Beagle comenzó a desarrollarse en Inglaterra durante el siglo XVI, cuando se criaron perros de tamaño compacto, gran resistencia y olfato extraordinario para la cacería a pie (beagling).

Eran los favoritos de la nobleza británica, ya que podían seguir el rastro durante horas sin perder energía y, al ser más pequeños que otros sabuesos, podían acompañar a los cazadores a caballo o a pie por terrenos difíciles. Con el tiempo, su carácter amistoso, su mirada tierna y sus largas orejas conquistaron a las familias, transformándolo de un perro de trabajo a un adorable compañero de hogar.